sábado, 7 de abril de 2012

Recomendaciones (III): “La economia del fraude inocente”, de J.K. Galbraith, por Ignacio Gomá

Publicado en el Blog ¿Hay Derecho? el 7 de abril de 2012

Hemos quedado los editores en hacer alguna recomendación literaria para estos días de asueto. No sé si los otros editores han hecho una lectura solapada (de la solapa), pero yo este lo he leído, y es muy fácil hacerlo porque tiene 119 de páginas con letra grande. Sin duda han oído hablar del autor: es un economista
mundialmente conocido que, más que dedicarse a la teoría económica, se dedicó a analizar las consecuencias de la política económica en la sociedad.
 
El libro plantea la continua divergencia entre las creencias aprobadas y la realidad, cuando al final es la realidad la que cuenta. El autor  lo presenta así: “Este ensayo se ocupa de cómo la economía y los grandes sistemas económicos y políticos cultivan su propia versión de la verdad de acuerdo con las presiones pecuniarias y las modas políticas de la época y de los problemas que plantea que esa versión no tenga nada que ver con la realidad. Se trata de una situación de la que no podemos culpar a nadie en particular; la mayoría de las personas prefiere creer en aquello que le conviene creer”, por eso se llama fraude inocente.
Partiendo de esa idea, va criticando diversos aspectos de nuestra economía actual, comenzando por el mismo nombre del sistema, que de “capitalismo” ha pasado a llamarse “sistema de mercado” para ocultar un fraude: “La creencia en una economía de mercado en la que el consumidor es soberano es uno de los mayores fraudes de nuestra época. La verdad es que nadie intenta vender nada sin procurar también dirigir y controlar su respuesta“ (pág. 32). Igualmente dice que medir el progreso social casi exclusivamente por el PIB, esto es, por el volumen de la producción influida por el productor, es un fraude, y no es pequeño (p. 34).
Del mismo modo, va desvelando fraudes inocentes en el mundo del trabajo, en la política exterior y militar y las finanzas, deteniéndose particularmente en las grandes corporaciones y el papel dominante de éstas en la economía moderna, y en la transmisión del poder de los accionistas a la dirección, aunque la creencia sigue siendo la contraria, así como en el papel fundamental que tiene en la actitud de las grandes corporaciones el hecho de que la remuneración de la dirección es en realidad fijada por éstas y no por los propietarios como erróneamente se pudiera creer (ver página 49 especialmente). Observen que el libro está publicado en 2004, por Critica, mucho antes de la crisis actual (aunque con la de Enron ya producida).
En fin, no les voy a desvelar más.  Esta obra es un testamento intelectual del autor, fallecido en 2006 pues resume parte de su pensamiento y aunque puede ser tachada de ser un tanto demagógica, sin duda da qué pensar. Pueden ver aquí una reseña de Manuel Pimentel.

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